Hay condiciones fisiológicas reversibles, que se presentan en la vida y que, aunque no son consideradas “enfermedades”, afectan de manera dramática la calidad de vida. Una de ellas, que toda mujer padecerá, es la menopausia.
La menopausia se define como esa etapa en la vida de toda mujer entre los 48 y 52 años de edad en promedio, que se caracteriza por disminución de la actividad hormonal de manera fisiológica y que tiene las siguientes características:
- Circunstancias en que se presenta el dolor: durante las relaciones sexuales (dispauremia).
- Todo el cuerpo: fatiga, osteoporosis, sofocos, sudoración o sudores nocturnos
- Sueño: despertar temprano o insomnio.
- Menstruales: ausencia de menstruación o menstruación irregular
- Pelo: caída del pelo del cuero cabelludo o sequedad.
- También comunes: ansiedad, cambio de humor, deseo sexual reducido, irritabilidad, piel seca o sequedad vaginal.
- Riesgo de osteoporosis y fracturas por caída se eleva dramáticamente.
El deterioro de la calidad, es una constante con todos y cada uno de estos síntomas, que sin duda, afectan de manera muy severa las actividades normales y saludables, que toda mujer busca.
“En la menopausia, la mujer aumenta 5 veces el riesgo de tener problemas cardiovasculares”
La mujer en condición menopáusica, tiene 5 veces más probabilidades de: Infartos, derrames cerebrales y angina de pecho. Esto implica sin duda, una relación entre condición o estado de juventud hormonal y salud cardiovascular, situación que no es considerada en los tratamientos farmacológicos como relacionada.
De hecho, el tratamiento convencional para la menopausia, es a base de hormonas sintéticas. Es bien sabido que este tipo de fármacos, tienen efectos secundarios tan severos como: trombosis, hipercoagulabilidad y cáncer de mama.
Los tratamientos convencionales, siguen estipulando el uso de hormonas sintéticas y sin embargo, se recomienda eliminar la ingesta de carnes rojas y pollo debido a la alta probabilidad de que tengan hormonas. Gran contradicción: “no coma pollo, tome hormonas”.
Podemos afirmar que el sabio laboratorio que se encuentra en todo el cuerpo humano, tan solo necesita aumentar sustrato energético, materia prima para producir sus propias hormonas, y dejar que esta inteligencia que durante toda la vida reguló sus ciclos hormonales tome el control nuevamente.
Esto se logra de manera muy efectiva con con adaptógenos como el Vitex, Ñame salvaje, Don quai, Tribulus, Suma, Ginseng americano y DHEA a dosis muy específicas y personalizadas, que luego de haber sido prescritas por médicos y tomada por miles de pacientes, ha demostrado una efectividad del 90% mejorando:
- Sueño
- Lubricación vaginal
- Estados depresivos hormonales
- Calorones
- Enrojecimiento facial
- Sudoración excesiva
- Irritabilidad
Entre los síntomas más importantes.
Dr. Alberto Muhammad Wulff. MD